Mis perros no son mis hijos pero yo si soy su mamá

Me cansa escuchar a la gente decirme "tratas a tu perro como si fuera un hijo“ y sé que no es mi hijo, ¡pero es mi perro!

Tengo tres perros que me encantan y que a diferencia de un hijo, nunca serán mayores de edad mentalmente, no se irán de casa y no me cuidarán cuando me haga viejita.

Nunca serán independientes ni autosuficientes: siempre van a necesitar de mí para comer, beber o simplemente hacer un poco de ejercicio. Nunca serán adolescente y no oiré las frases típicas de esa edad como ” tú no me entiendes ” o ” que cansona eres mamá “, pero tampoco escucharé nunca un ” te quiero “, ” gracias “ o ” te necesito “.

No me juzgarán y no opinarán en mis ideas y mis decisiones. Si lloro de seguro me arruncharán, si salgo de casa 5 minutos a mi regreso moverán sus colas como si me hubiese ido por años, me acompañaran a comer a tal punto de quitarme todo lo del plato con una mirada pedigüeña, y serán quienes calienten mis pies cuando tenga frío. A diferencia de un hijo, nunca veré una parte de mí en mis perros, ni física ni mental porque no hay ningún carácter hereditario. Los veré crecer y envejecer. No sólo seré quién cuidará de ellos en esa etapa adulta, también quien los verá irse para siempre. Inevitablemente, este será nuestro destino.

Mi perros son animales, no personas y mucho menos mis hijos. A pesar de ello, sí, soy su madre y tia ¿Irónico? ¿Cómo puede ser posible? quiero que quede bien claro lo que es un hijo, pero… una madre? ¿Qué crees que es una madre? Una madre es esa persona maravillosa que se sacrifica por sus hijos, que tiene la cura y que cambia su vida por el bienestar de su familia.

Una madre mima, educa y ama incondicionalmente. Por todo esto, mis perros no son mis hijos, pero yo sí, soy su mamá. Soy todo lo que tienen, soy la líder de la manada. Para ellos soy parte de su familia, de lo que para un perro puede ser una familia. Siento pena por quienes no logran entenderlo porque nunca sabrán lo que significa sentir amor por una cosita que no habla, que no madurará y que no se expresa como un humano. Nunca podrán entender lo que yo siento cuando observo esas miradas con la que mis perros me lo dicen todo.

Mis perros no son mis hijos, pero yo soy su mamá y gracias a mí, lleva una vida sana, plena y feliz.

A cambio de lo que para una persona es casi nada, para ellos soy su “todo”. Madre- perri hijo es una conexión natural, sin duda alguna.

Sin embargo, la conexión con un animal es única y no todos pueden vivir esta sensación tan maravillosa. Sólo espero que aquellos quienes no conciben este amor y no entienden la importancia de una mascota, puedan un día tener un animal y obtener esa conexión que yo tengo con mis perros.

*Gracias a Conchita Moreno por la inspiración.

G R A C I A S P O R L E E R M E

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